«Hemos traído el cielo a clase»

Me dice hoy una profe:

Hemos traído el cielo a clase

Me ha encantado. Había preparado con los peques la sesión de hoy para poder chatear con astrónomas, ¡sí, sí!. Aprovechando esta experiencia tan chula (no todos los días hablamos con astrónomas), ha explicado a los niños aspectos de la vía láctea, los planetas, las estrellas… para ser unos pequeños científicos que pudieran dialogar con estas mujeres de ciencia. Y, por eso, entre otras actividades, han metido un ‘trocito de cielo’ en una botella:

EDUCAR -con mayúsculas- supone ensanchar el corazón para vivir con plenitud.

Me ha dado para pensar… Toda la actividad que ha preparado, me parece apasionante y muy buena para estos pequeños. Sin embargo, aquí sólo destaco lo importante que es educar mirando alto, aspirando al cielo. La ilusión, la belleza, descubrir el orden del universo y admirarnos con el misterio que se refleja en la creación.

Traer el cielo a la tierra, mostrar a los más pequeños la grandeza que el corazón anhela y descubrir que somos muy pequeños en medio de tantas estrellas… Y también cómo en nuestra dignidad se refleja nuestra grandeza.

¡Gracias a quienes nos traéis el cielo a la tierra!