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¿La vida es Bella?

12 Ene
¿La vida es Bella?
Educación familiar

En la película «La vida es bella» se ve como un padre muestra a su hijo una vida digna de vivirse. En medio del horror de la guerra, de la separación de su mujer, cansado del trabajo y la barbarie humana, es capaz de mostrar un mundo amable, apreciándose en su trama la mirada ilusionada de un niño capaz de ir corriendo a los brazos de su madre cuando todo aquello acaba. Su grito alegre: «¡hemos ganado!» llena de sentido el esfuerzo y sacrificio de sus padres.

Nosotros estamos atravesando momentos muy difíciles, vislumbrando la importancia de la familia para el presente y futuro de la sociedad.

Los menores están inmersos en un mundo muy complejo, en España han vivido un intenso confinamiento, se han adaptado a una «nueva normalidad» donde la expresión facial se tapa con mascarillas y ahora muchos de ellos están experimentando en sus casas que la nieve es muy negra. Y es que, al menos en Madrid donde nosotros vivimos, la vuelta al curso escolar se ha visto teñida de un blanco muy oscuro. El hogar se ha podido volver un lugar hostil, agotador para tantas madres y padres que tienen que compaginar su jornada laboral con el cuidado sus hijos, compaginado las exigencias propias de su trabajo con las dificultades técnicas/motivacionales de asumir las clases virtuales de sus hijos.

La familia es la primera educadora del ser humano, donde la persona es querida incondicionalmente.

Estamos pasando mucho tiempo juntos y en nuestras casas ha empezado a convivir como el huésped del trabajo como uno más, «gracias» al teletrabajo. No le hemos podido cerrar la puerta pues está siendo la única alternativa a los acontecimientos que se nos están presentando con la Covid-19, la borrasca Filomena, etc.

¡La conciliación es un reto mayor que antes pues compartiendo el mismo espacio hay que manejar muy bien los límites y estar atentos a las oportunidades que la familia unida nos ofrece!

La problemática es muy compleja, las familias además están pudiendo sufrir situaciones muy duras como consecuencia de la enfermedad, pérdida de empleo, etc. Sin embargo, yo quería detenerme en los más pequeños, en su ambiente familiar, en sus miradas inocentes que sobrepasan los límites de cualquier mascarilla y alcanzan el corazón más gélido.

Familias, padre o madre, si ves todo muy negro quizá tiñas tu ambiente de oscuridad. ¿Has pensado que si puedes ver es porque hay algo de luz? Tienes el potencial de cambiar tu ambiente más próximo, haciendo de vuestra casa un verdadero hogar.

En este contexto de paternidad y maternidad, quería compartir mi reflexión sobre la necesidad de generar espacios y ambientes donde sea agradable vivir. Los más pequeños necesitan la experiencia de seguridad que vosotros/as les podéis ofrecer. ¿Cómo veis el futuro? ¿qué futuro queréis para vuestros hijos? La fortaleza, la templanza, la paciencia… son virtudes que requieren educación, no surgen solas como los dientes. Por ello os invito a pensar qué ambiente viven vuestros hijos, cómo veis la vida y qué están viendo ellos.

No podemos cerrar los ojos a la realidad, si no cuidamos la mirada dejaremos entrar sin ningún filtro lo que otros quieran mostrarnos.

Siempre ha sido importante la belleza, ahora es urgente descubrirla y cultivarla a nuestro alrededor. Nuestros hijos tendrán que luchar por solucionar las consecuencias de la crisis actual, démosle herramientas, no les metamos en una burbuja pero tampoco les mostramos exclusivamente una realidad parcial, con noticias negativas y catastróficas.

En la imagen inicial aparecen distintos momentos que podemos vivir, espero que sirvan para reflexionar sobre ellos pues nos jugamos mucho.

Y, para terminar, mi única recomendación más allá de lo dicho, es tomar una medicina mañana, tarde y noche, siempre que sea posible:

Medicina en tiempos de confinamiento * Durante el desayuno, la comida y/o la cena estar presentes ‘en’ vuestra familia. Son momentos especialmente importantes para cuidaros, para compartir experiencias… ¡Sobre todo con los más pequeños! Quitando las pantallas se favorece el encuentro y el crecimiento mutuo, pues el alimento se amasa con amor. En estos tiempos de confinamiento, especialmente importante cuidar estas oportunidades en lo cotidiano de educar en familia.

(*también recomendable para cualquier época)

Abramos ventanas para respirar aire fresco, cuidemos nuestra mirada.

 
 

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